Bruxismo I Cirugía plástica

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo es el hábito de estrechar los dientes de forma involuntaria, haciendo que se desgasten o se puedan producir afecciones en la encía. Normalmente, suele aparecer en niños de entre seis y diez años; pero las personas adultas no quedan excluidas de la enfermedad: un 70% de la población puede sufrir bruxismo. Además, es muy frecuente que se realice la fricción de los dientes durante la noche, por lo que es más difícil ser consciente de ello y controlarlo. Algunos de los síntomas que puede provocar la enfermedad son la sensibilidad dental a la hora de ingerir alimentos fríos, calientes o dulces, dolor de oído o de cabeza, sensación de carga muscular en las cervicales y la espalda, inflamación de las articulaciones de la mandíbula, insomnio, etc.

Tratamiento

El tratamiento del bruxismo consiste en reducir las molestias, prever el dolor dental y disminuir, lo máximo posible, la fricción de los dientes. En primer lugar, se aplica una anestesia local tópica para evitar las molestias durante la intervención y, a continuación, se realiza la inyección de toxina botulínica (bótox) en los músculos maseteros de la boca, consiguiendo relajar y disminuir la tensión de los dientes. Es importante destacar que es un tratamiento que no comporta ningún efecto secundario en el organismo, puesto que la eficacia del bótox en este caso es totalmente segura y garantizada.

Resultados y recuperación

Los resultados del tratamiento se observan en un plazo de entre una o dos semanas después de la intervención y suele prolongarse en un período de seis meses o un año; en función de cada organismo, pero el efecto puede alargarse aplicando nuevas dosis. Se trata de una intervención en la que el paciente podrá volver a las actividades diarias de forma inmediata, ya que no requiere ninguna recuperación.